domingo, 20 de marzo de 2011

LOS BUEYES DEL REY GERIONES


Geriones era un gigante que tenía tres dorsos y tres cabezas. Era el rey de Eritia, una isla en el Océano. Euristeo le pidió que le trajera los bueyes.

A Hércules le costó trabajo llegar a la isla porque las aguas de alrededor hervían. Le tuvo que pedir a Apolo el galeón de oro que usaba cada noche cuando regresaba a Oriente tras viajar durante todo el día.

Todo iba bien hasta que se topó con una pared de roca que se levantaba en el mar. Hércules tuvo que partir la roca y así se formó el estrecho de Gibraltar y dejó una columna de piedra en cada uno de los peñones donde acabn África u Europa.

Cuando llegó a Eritia vio a los bueyes que estaban cuidados por el bueyero y su perro de dos cabezas al que tuvo que matar porque se le avalanzó y después tuvo que hacer lo mismo con su amo.

Un pastor le contó a Geriones lo que había pasado y salió a buscarlo. Hércules lo estaba esperando escondido. Esperó que estuviera de perfil y entonces clavó una flecha en las tres cabezas.

En el camino de vuelta a casa tuvo que afrontar muchos peligros y cuando llegó a Micenas Euristeo ni siquiera miró a los bueyes.

EL CINTURÓN DE ORO DE HIPOLÍTA

La hija de Euristeo era muy caprichosa y cuando cumplió los 18 años quiso que Hércules le consiguiera el cinturón de oro de la reina Hipólita. Hipólita era la reina de las amazonas, cuando nacía una niña la instruían en el arte de la guerra, pero si nacía un niño lo sacrificaban o le enseñaban a que aprendieran las tareas domésticas.

Hércules salió para Micenas acompañado por algunos de los mejores guerreros de Grecia.

Cuando llegaron la reina les ofreció un banquete y quedó tan prendada de la belleza y la fuerza de Hércules que Hipólita le regaló su conturón en señal de amistad.
Pero Hera, enfadada por lo que había visto, decidio disfrazarse de amazonas y comenzó a decir que Hércules venía a raptar a Hipólita.

Heŕcules no tuvo más remedio que matar a Hipólita, aunque después se sentía muy mal pues sabía que la reina había muerto de forma injusta.



LAS YEGUAS SALVAJES DE DIOMEDES

En Tracia vivía Diomedes, un rey muy malo que tenía cuatro yeguas que adiestró para que fuesen sanguinarias como eĺ. Las llevaba a los combates para que luego se alimentaran de los cadáveres de los guerreros. Se habían acostumbrado a comer carne humsana, así que cuando no había guerras, Diomedes asesinaba a sus huéspedes para alimentar a sus yeguas.

Euristeo le mandó que le trajera las cuatro yeguas. Esta vez Hércules le pidió a un amigo suyo que le acompañara.
Cuando llegaron Diomedes había ordenado que los mataran al amanecer. Pero Hércules que estaba siempre alerta se despertaron antes del amanecer y se escondieron en los establos donde empezaron a soltar a la yeguas, pero con el ruido se despertó Diomedes.

Salieron detrás de Hércules y de su amigo, pero las yeguas eran muy rápidas. Hércules hizo un canal que se inundó con el agua del mar y Diomedes y sus soldades cayeron en él y se ahogaron.

Cuando Hércules volvió a donde estaban las yeguas y su amigo se dio cuenta que las yeguas estaban devorando a sus amigo. Se enfadó tanto que sacó a Diomedes del agua y se lo dio a las yeguas para que se lo comieran.

Cuando llegó a donde estaba Euristeo éste se metió en una tinaja para no morir y allí estuvo seis días.


EL TORO DE CRETA

El toro de Creta era blanco y salió de las aguas del mar. El rey de Creta, Minos, prometió sacrificarlo en los altares de Poseidón, el dios de del mar, pero quedó tan impresionado por su magnificencia que no pudo cumplir su promesa. Entonces Poseidón se vengó haciendo que el toro enloqueciera y se volviese muy malo.

Euristeo mandó a Hércules que le trajera el toro vivo.

Cuando llegó a Creta se fue a buscar al toro sin armas, lo único que llevaba eran unas cadenas de bronce para inmovilizar al animal.

Cuando Hércules iba por un sendero se encontró con el animal. El toro se fue para él paro pudo esquivarlo. El toro se volvió y cuando fue a envestirle y estaba cerca saltó sobre sus cuernos y se subió a su grupa. Le agarró por los cuernos y tiró hacia atrás hasta que que lo derribó. Le ató las patas con las cadenas y se lo echó a la espalda para llevarlo hasta Euristeo.

Euristeo quiso sacrificarlo en el templo de Hera, pero Hera rechazó la ofrenda. Entonces lo soltaron en la llanura de Maratón, cerca de Atenas y allí siguió matando hasta que Teseo lo mató.


LAS AVES DEL LAGO ESTÍNFALO


En el lago Estínfalo vivían unas aves que se alimentaban con carne humana. Eran enormes y tenía cabeza de serpientes, unos afilados colmillos y unas garras muy poderosas de bronce. Estas aves, cada vez que veían un presa arrojaban desde sus alas una lluvia de plumas puntiagudas.

Euristeo le encargó a Hércules que acabara con estos pájaros. Así que marchó con sus arco y sus carcaj. Cuando encontró el lago, se metió en él y cuando tenía el fango a la altura de la cintura se esperó a que se acercran los pájaros para disparales. Pero se dio cuenta que así no podría acabar con ellos y dijo en voz alta: "¿Qué puedo hacer?"

De repente ayó una voz de mujer que le dijo que le ayudaría. Esta mujer era Atenea, la diosa de la sabiduría. Ella llevaba una lechuza y una especie de sonajero.

Le dijo lo que tenía que hacer. Le dijo que subiera a lo alto de risco y agutara el sonajero que suena como el crujido de una gran llamarada. Cuando los pájaros lo oyeron salieron despavoridos y entonces aprovechó para disparales con sus flechas. Mató a muchos pero otros huyeron.

Según cuentan, se han visto algunas aves en en la isla de Ares en el Mar Negro.

LOS ESTABLOS DEL REY AUGIAS


Euristeo le encargó que limpiara los establos del Rey Augias en un solo día. Limpiar este establo no era fácil pues el rey tenía miles de ovejas y vacas, cientos de toros y además no se limpiaban desde hacía muchos años.

Cuando Heŕcules llegó le dijo al rey que limpiaría su establo en un día y el rey se rió y le dijo que si lo conseguía le regalaba la mitad de su reino.

Hércules pensó un plan: Cogió piedras para levantar un presa en los ríos cercanos y unir sus cauces para que pasaran por los establos. Así que a medio día ya había terminado. Pero el rey no quiso darle la mitad del reino pues decía que le habíasn ayudado los dioses.

EL JABALÍ DE ERIMANTO


Para el siguiente trabajo, Euristeo le mandó a Hércules que capturara a un jabalí gigantesco de colmillos afilados que destruía las aldeas del monte Erimanto. Le ordenó que le trajera la fiera viva.

Hércules cogió su maza su carcaj con flechas venenosas. Cuando Hércules iba de camino al monte Erimanto pasó por el país de los centauros que estaban gobernadaos por Quirón. Se pusieron tan contentos que comenzaron a beber vino para celebrarlo, pero con tanto vino los centauros se pusieron muy violentos y Hércules tuvo que defenderse usando sus flechas. Desgraciadamente, una de las flechas herió a Quirón. Entonces Hércules se pudo muy triste e intentó curarle pero no servía de nada.

Hércules siguió su camino con lágrimas en los ojos y sin ganas. Cuando llegó al monte vio unas huellas de jabalí en la nieve. No podía matarlo así que le tendió una trampa. Decidió perseguirle y el jabalí se cansó, entonces Hércules empezó a correr agitando su maza y el jabalí se asustó, retrocedió y cayó en un hoyo. Lo ató con unas cadenas de hierro.

Cuando Euristeo vio llegar a Hércules con el jabalí salió huyendo y se escondió dentro de una tinaja y no volvió a salir hasta que no se aseguró que el jabalí había muerto.

lunes, 14 de marzo de 2011

LA CIERVA DORADA DE CERINIA


El siguiente trabajo de Hércules era cazar la cierva dorada del monte Cerinia. Esta cierva tenía los cuernos de oro y las pezuñas de bronce y era más grande que un toro. Ella vivía con cuatro machos, pero un día Artemisa decidió cazarlo y escapó la hembra. Se refugió en el monte Cerinia y desde entonces Artemisa la protegía.

Hércules la estuvo persiguiendo durante un año, pero ya se cansó y un día la cierva se paró para beber y Hércules le disparó con su arco y le dio entre los huesos y los tendones de su pata sin sangrar.

La llevaba a cuestas y le salió un mujer en el camino. Le amenazó que si había derramado sangre moriría. Esta mujer era la diosa Artemisa. Él le dijo que fue Euristeo quien le mandó que cazara la cierva. Ella comprobó que Hércules decía la verdad y le pidió que cuando le enseñara la cierva a Euristeo la pusiera en libertad y así lo hizo.

LA HIDRA DE LERNA


El segundo trabajo de Hércules era matar a un ser parecido a un dragón con siete cabezas que vivía en la laguna de Lerna. Era un ser muy letal, su aliento envenenaba y mataba.

Quería ir él solo pero le quiso acompañar Yolao, su sobrino. Cuando llegaron a la laguna Hércules entró en la laguna. Le lanzó flechas y la Hidra se enfureció pero Hérculos aguantó la respiración. Empezó a cortarle cabezas, pero le volvían a salir. Hera le observaba y decidió mandar a dos cangrejos pero de un pisotón los mató.

De repente le gritó a Yolao y le dijo que encendiera un fuego y que cada vez que cortara una cabeza le quemara la herida. Y así acabaron con ella, después la enterraron.

Pero Euristeo dijo que no le podía dar el trabajo por válido porque le habían ayudado. Entonces él dijo que volvería a la laguna, desenterraría a la Hidra y la traería a Micenas. Y así le dio el trabajo por realizado.